Biodiésel en Colombia: menos humo, más vida: En 2024, Colombia alcanzó un hito ambiental al producir 687.000 toneladas de biodiésel, lo que permitió evitar la emisión de más de 1,8 millones de toneladas de CO₂. Esta cifra equivale a sacar de circulación cerca de medio millón de vehículos en un solo año, según datos de Fedebiocombustibles.

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Un aire más limpio para las ciudades
Más allá de su impacto climático, el biodiésel también representa una mejora tangible para la salud pública. El material particulado derivado del diésel tradicional es uno de los principales responsables de enfermedades respiratorias y cardiovasculares. Solo en Bogotá, se estima que este tipo de contaminación provoca más de 3.400 muertes prematuras cada año. Por eso, incrementar la proporción de biodiésel en las mezclas de combustibles no es únicamente una estrategia energética, sino una apuesta por ciudades más limpias y seguras para sus habitantes.
Una solución que combina química y sostenibilidad
La transformación de aceites vegetales o reciclados en biodiésel no sería posible sin la química. En este proceso, el metilato de sodio juega un papel fundamental como catalizador. BASF, multinacional de soluciones químicas, produce este insumo en Brasil y lo distribuye en Colombia y otros países de la región.
“El biodiésel habilita una movilidad más limpia, rentable y técnicamente viable. Se traduce en menos emisiones, mejor salud urbana y eficiencia operativa que beneficia a todos los actores de la cadena”, afirmó Juan Pablo Castiblanco, gerente de Marketing y Venta de Químicos Industriales de BASF Colombia.
Además, innovaciones como Lutropur® MSA permiten procesar materias primas más complejas sin deteriorar los equipos industriales, reduciendo costos y minimizando el impacto ambiental. Estas mejoras tecnológicas hacen del biodiésel una alternativa cada vez más competitiva frente a los combustibles fósiles.
Beneficios para el transporte y la economía
Actualmente, Colombia utiliza una mezcla del 10% de biodiésel (B10) en el combustible. Sin embargo, ya circulan en el país más de 960 volquetas con una mezcla B20, que reduce aún más las emisiones.
El impacto no es solo ambiental: transportadores y operadores de flotas han reportado un mejor desempeño de los motores, menor consumo de aceite y menores costos de mantenimiento. Estos ahorros operativos se suman al aumento de la vida útil de los equipos, lo que convierte al biodiésel en una alternativa eficiente y económicamente atractiva para el sector transporte.
Hacia una movilidad sostenible
El uso del biodiésel no se limita a camiones o buses. En Brasil, BASF ha dado un paso más allá al implementar modelos logísticos donde el metilato de sodio se transporta en camiones 100% alimentados con biodiésel, cerrando así el ciclo de sostenibilidad desde el insumo hasta el uso final.
Esta visión circular de la cadena de valor se perfila como un modelo replicable para Colombia, donde el transporte pesado y el urbano siguen siendo grandes responsables de las emisiones contaminantes.
Proyecciones a 2030
Según Fedebiocombustibles, Colombia planea aumentar en un 38% su contribución a la descarbonización del transporte hacia 2030. El biodiésel será una pieza central en esta meta, no solo por sus beneficios ambientales y económicos, sino porque ofrece una transición inmediata hacia un transporte más limpio, sin necesidad de esperar el despliegue completo de tecnologías como la electrificación masiva.
A nivel regional, la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE) destaca que en la última década la producción de biodiésel en América Latina ha crecido un 163%, consolidándose como uno de los sectores más dinámicos de la transición energética.

Un presente más limpio, un futuro más saludable
La transición energética en Colombia no depende únicamente de megaproyectos de infraestructura o tecnologías aún lejanas. Soluciones como el biodiésel ya están transformando la manera en que nos movemos, aportando beneficios inmediatos al medio ambiente, a la salud de la población y a la economía del transporte.
En palabras sencillas: menos humo y más vida. Ese es el verdadero motor detrás del biodiésel en Colombia, una alternativa que combina innovación, sostenibilidad y bienestar colectivo.
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