Jeep y sus 7 ranuras: la historia detrás de un ícono todoterreno, Cuando se habla de Jeep®, es inevitable pensar en aventura, libertad y capacidad todoterreno.

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Más que un diseño, un símbolo

Cuando se habla de Jeep®, es inevitable pensar en aventura, libertad y capacidad todoterreno. Pero hay un detalle en su diseño que se ha convertido en seña de identidad mundial: las siete ranuras de su parrilla frontal. Lo que comenzó como una necesidad técnica terminó por consolidarse como un símbolo universal del espíritu off-road.

Aunque algunos mitos han rodeado su origen —desde la perfección del número siete hasta las tierras que Jeep ayudó a liberar durante la Segunda Guerra Mundial—, la realidad es que las ranuras nacieron de la evolución misma de la marca y de las exigencias técnicas del mercado.

De doce a siete: el inicio de la leyenda

La historia se remonta a 1940, cuando Willys Overland diseñó el Willys Quad para el ejército de Estados Unidos. Aquellos primeros prototipos tenían más de doce rejillas para ventilar el motor. Sin embargo, en plena guerra, la organización militar decidió estandarizar elementos entre los fabricantes. El diseño de Ford, más ligero y con nueve espacios, fue adoptado como referencia.

Al finalizar la contienda, el Jeep —que había transportado tropas, funcionado como ambulancia, remolcador y soporte de armamento— encontró un nuevo camino: la vida civil. Así nació el Jeep CJ-2, que incorporaba faros más grandes para mejorar la seguridad en carretera. El cambio obligó a reducir el número de rejillas a siete, y con ello quedó configurado un rasgo que acompañaría a la marca hasta nuestros días.

La consolidación del ADN Jeep

El éxito del CJ fue tan grande que en 1987 llegó el Jeep Wrangler, heredero directo de ese ADN militar y convertido en ícono de la libertad 4×4. Desde entonces, la parrilla de siete ranuras se mantuvo casi inalterable, aunque hubo algunas excepciones: modelos como el Comanche y ciertas versiones del Cherokee mostraron ocho hendiduras, e incluso algunos recordaron los orígenes con doce.

Fue en 1998 cuando la marca adoptó definitivamente las siete ranuras como estándar, reafirmando su carácter distintivo. Desde entonces, ningún modelo de la marca ha prescindido de este sello.

Una marca que evoluciona sin perder su esencia

Hoy, en plena era de electrificación y sostenibilidad, Jeep mantiene intacto este emblema. La parrilla ha cambiado en proporciones y diseño, pero conserva sus siete hendiduras como recordatorio de un legado que combina innovación con tradición.

En los modelos más urbanos, como el Compass, Commander, Grand Cherokee y Avenger, las ranuras se presentan más compactas en altura, con formas ovaladas que modernizan su estética. En cambio, el Wrangler y el Gladiator, los exponentes más fieles al espíritu off-road, mantienen su formato alargado y robusto, fiel al linaje de aventura.

Así, sin importar el tamaño o la silueta, las siete ranuras siguen diciendo lo mismo: este es un Jeep, listo para cualquier desafío.

4×4 es igual a 7

La marca ha sabido convertir un detalle técnico en un símbolo cultural. El lema “Con Jeep® 4×4 son 7” refleja cómo estas ranuras representan no solo ventilación para el motor, sino también autenticidad, pasión y resistencia. Donde otros vehículos se detienen, un Jeep comienza la verdadera aventura.

Ese reconocimiento trasciende fronteras: en cualquier rincón del mundo, ver una parrilla con siete ranuras es identificar de inmediato a un Jeep y todo lo que este nombre implica: caminos difíciles, paisajes extremos y la promesa de libertad.

Jeep en Colombia y el mundo

En Colombia, las marcas Fiat, Jeep® y Ram son representadas por Astara, compañía que apuesta por la movilidad sostenible y que tiene presencia en 19 países. Este respaldo permite que Jeep continúe ofreciendo a los usuarios locales el mismo espíritu que lo hizo legendario, ahora acompañado de un ecosistema de servicios que incluye suscripción, carsharing y soluciones digitales.

A nivel global, sigue liderando el segmento off-road, demostrando que un ícono puede adaptarse a los nuevos tiempos sin perder su esencia. En un mercado cada vez más competitivo, las siete ranuras siguen siendo una ventaja única: unen pasado y presente en un mismo lenguaje de diseño.

Conclusión: un legado que respira libertad

Las siete ranuras de Jeep no son un simple detalle estético: son la representación gráfica de décadas de historia, de guerras superadas, de caminos abiertos y de la evolución de una marca que nunca dejó de desafiar límites.

Hoy, con la mirada puesta en la sostenibilidad y la electrificación, la marca demuestra que se puede innovar sin olvidar lo que la hace única. Y mientras existan esas siete ranuras en el frontal, la promesa se mantiene: la aventura comienza donde otros se detienen.

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