4 mitos sobre el desgaste de llantas que debes dejar atrás para conducir con mayor seguridad: En el mundo de los conductores abundan creencias populares sobre los vehículos. Algunas son inofensivas, pero otras, cuando se trata de las llantas, pueden convertirse en un verdadero peligro.

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Creencias que ponen en riesgo tu carro y tu seguridad
Este componente, a menudo subestimado, es en realidad el único punto de contacto entre el carro y la vía, por lo que cualquier error en su cuidado o mantenimiento puede comprometer tanto la seguridad como el bolsillo.
Los expertos de Goodyear identifican los mitos más frecuentes que circulan en torno al desgaste de llantas y explican por qué es necesario dejarlos atrás para manejar con mayor confianza y prolongar la vida útil de este elemento esencial.
Mito 1: “Todas las llantas se desgastan igual”
Es común pensar que las cuatro llantas de un carro tienen un desgaste uniforme, pero no es cierto. Cada eje del vehículo soporta cargas y condiciones de rodamiento distintas. Las delanteras, por ejemplo, suelen desgastarse más rápido porque soportan las tareas de dirección y frenado, mientras que las traseras lo hacen de manera más equilibrada.
La clave está en la rotación periódica de las llantas, un hábito que no solo distribuye mejor el desgaste, sino que también prolonga su vida útil y evita sorpresas en carretera.
Mito 2: “El desgaste depende únicamente del tiempo de uso”
Aunque el tiempo es un factor, no es el único ni el más determinante. Los hábitos de conducción influyen de manera directa en el estado de las llantas. Frenadas bruscas, exceso de velocidad, giros cerrados o la falta de alineación y balanceo son comportamientos que aceleran el deterioro y generan un desgaste irregular.
Conducir con suavidad y realizar mantenimientos preventivos es una manera sencilla de evitar un desgaste prematuro y, sobre todo, de garantizar mayor seguridad en la vía.
Mito 3: “Si tiene buen dibujo, la llanta es segura”
El dibujo de la banda de rodadura es fundamental para asegurar tracción y estabilidad, pero no es el único factor a tener en cuenta. Una llanta con un dibujo profundo puede ser peligrosa si no mantiene la presión adecuada o si presenta daños en los hombros.
Por eso, los especialistas insisten en la importancia de revisar la presión, la alineación y el estado general con frecuencia. Una llanta puede lucir bien a simple vista, pero esconder daños internos que comprometen su desempeño en momentos críticos.
Mito 4: “Las llantas no influyen en el consumo de combustible”
Muchos conductores creen que el motor es el único responsable de la eficiencia de combustible, pero en realidad, las llantas juegan un papel clave. Su resistencia al rodamiento puede incrementar el gasto de gasolina si no están en condiciones óptimas.
Las tecnologías actuales, como los compuestos de sílice y los diseños optimizados desarrollados por fabricantes como Goodyear, permiten reducir esta resistencia y, en consecuencia, mejorar la eficiencia energética del vehículo. Ignorar este factor puede significar más visitas a la estación de servicio de las necesarias.
La revisión preventiva: el mejor antídoto contra los mitos
Más allá de derribar creencias, la verdadera clave está en la prevención. Los expertos recuerdan que las llantas deben revisarse de manera periódica para asegurar un buen desempeño. Esto incluye controles de presión, alineación y profundidad de la banda, además de inspecciones profesionales en servitecas especializadas para detectar daños invisibles a simple vista.
La recomendación final es clara: las llantas no son un accesorio más, son un elemento de seguridad vital. Mantenerlas en buen estado significa cuidar la integridad de quienes viajan en el vehículo y de quienes comparten la vía.
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